Adiós a las rutinas de belleza con una docena de pasos: el universo de la cosmética abraza el minimalismo. Y lo hace a través de una tendencia con nombre propio, skinmalismo, que lleva al cuidado facial la filosofía de “menos es más”.
Perfecta para combatir la pereza que nos puede servir como excusa para saltarnos nuestro protocolo beauty, esta tendencia al alza fue una de las recogidas por el informe Pinterest Predict para 2021.
Este oráculo de todo aquello que empieza a despertar interés en los segmentos de la moda, la belleza y la decoración (anota más de 100 pulsiones cada año) apuntó en su estudio, publicado el pasado mes de diciembre, que había llegado “el final” de los looks de maquillaje apelmazados y que era el momento de “abrazar la belleza lenta y dejar que brille la textura natural de la piel”. “Esta nueva rutina ‘chic sin esfuerzo’ es simple y sostenible”, concluía.
Y ahí llegamos al quid de la cuestión: la sencillez del skinmalismo beneficia a nuestra piel y al medioambiente, pues, al reducir el número de productos empleados, reducimos también el total de envases.
Los principios del skinmalismo
La filosofía de fondo de esta tendencia es la de apostar por pocos productos para limpiar, tratar y maquillar la piel. Esto ayuda a no saturar el cutis con un exceso de sustancias y principios activos, a potenciar así su luminosidad y darle un aspecto natural, sin sobrecargarla. En resumen, a mantenerla jugosa y con un look saludable.
Por tanto, si reducimos el tiempo dedicado al cuidado de la piel y el total de pasos, la clave para no sacrificar el bienestar facial (acaso todo lo contrario) será apostar por productos que concentren en su fórmula todo lo que nuestro rostro necesita en cada momento del día.
Esa es, precisamente, la misión que subyace tras la gama DermAbsolu de Avène, concebida para pieles maduras, para mujeres que no solo buscan un tratamiento antiedad, sino que quieren productos que las ayuden a potenciar la belleza natural de su piel sin complicarse con rutinas infinitas.
Mujeres que buscan un cuidado global con el que unirse al movimiento Better Aging, abanderado por DermAbsolu y basado en la idea de que no se trata de ocultar ni minimizar las arrugas (expresión de que hemos vivido, reído, soñado, disfrutado) a toda costa, sino de nutrir nuestra piel para que se muestre en todo su esplendor en cada etapa.
Los pasos básicos de una rutina skinmalista
¿Cómo llevar a nuestra rutina diaria el skinmalismo y, además, apostar por un tratamiento antiedad? La propuesta de Avène es clara, sencilla y contundente: por la mañana, la crema de día DermAbsolu, acompañada de protección solar antiedad con SPF 50+; por la noche, el bálsamo nocturno regenerador DermAbsolu. Todo ello, acompañado de una buena limpieza, se traducirá en bienestar y luminosidad para nuestra piel.
Una crema todoterreno: objetivo, las 3R
Vayamos al detalle, ¿por qué es la crema de día DermAbsolu de Avène todo lo que necesita una piel madura en su rutina diurna? Se trata de un producto todoterreno que sirve para reafirmar, redensificar y revitalizar el cutis en un solo paso. Y todo gracias a sus tres principios activos:
- Sytenol Bakuchio, también llamado Bakuchiol, un retinoide de origen vegetal que se extrae de una planta de la farmacopea ayurvédica china. Presenta las mismas propiedades que los famosos retinoides, pero prescindiendo de sus ‘efectos secundarios’, como la contraindicación de uso en mujeres embarazadas. Este principio sirve para estimular la renovación celular y ejerce como antiinflamatorio.
- Polifenoles de vainilla, que funcionan como potenciadores de la síntesis natural del acido hialurónico (el santo grial de la hidratación de la piel) y ayudan a prevenir la flacidez y a aportar resistencia y densidad.
- Glycoleol, un precursor y activador de los lípidos cutáneos que refuerza la barrera de la piel y le aporta nutrición y confort.
Además, la crema de día DermAbsolu de Avène, que redensifica y aporta 24 horas de hidratación, nos da ese ansiado aspecto de “buena cara” al instante, gracias a dos nácares con efecto “tone up”.
La fotoprotección, un básico del día a día
El skinmalismo busca reducir las rutinas faciales a su mínima expresión, pero hay pasos que no se pueden saltar. Junto a la hidratación, la fotoprotección es uno de ellos: ayudar a la piel a protegerse del sol es fundamental para preservar su salud y frenar los factores que contribuyen a su envejecimiento.
La crema solar Avène antiedad con SPF 50+ es perfecta para completar nuestra rutina skinmalista, porque incorpora en su composición Ascofilina, un activo que funciona como inductor de la síntesis de colágeno I y IV.
La importancia de la regeneración nocturna
Toda beauty freak tiene claro que es por la noche cuando la piel se nutre más intensamente y se regenera. Por eso, las pieles maduras piden un producto como el bálsamo de noche regenerador DermAbsolu, con manteca de Karité para nutrir en profundidad y que, al despertar, el rostro se muestre más descansado y relajado.
Complementos para una rutina sencilla
Lo bueno de una rutina facial simplificada al máximo es que se pueden incorporar pasos para conseguir un objetivo concreto y, aun así, mantener un protocolo corto que no nos dé pereza seguir a diario.
La gama DermAbsolu de Avène cuenta con un surtido de productos diseñado específicamente para complementar esa rutina básica según las necesidades de nuestra piel. Por ejemplo, de día y de noche se pueden utilizar el sérum esencial y el contorno de ojos rejuvenecedor DermAbsolu, que ayudan a revitalizar la piel y a difuminar bolsas y ojeras.
Para un maquillaje sencillo y natural, se puede utilizar la crema redensificante coloreada, con factor de protección solar SPF 30, que realza ese efecto “buena cara” que ya ofrece la crema de día DermAbsolu.
Skinmalismo, sí; autocuidado, también
Apostar por rutinas sencillas y minimalistas no significa renunciar al placer de dedicarse unos minutos a una misma cada jornada, disfrutando de la aplicación de cada producto, masajeando nuestro cutis y, en definitiva, autocuidándonos.
En ese sentido, la gama DermAbsolu de Avène también nos lo pone fácil: multiplica la sensorialidad del momento de aplicación a través de fórmulas con texturas ligeras y con un perfume sutil y delicado en cada producto. Así, la crema de día presenta un tacto aterciopelado muy agradable y un aroma delicado e inconfundible; por su parte, el bálsamo nocturno, con su textura cremosa, nos confiere una sensación reparadora con cada aplicación.
Todo, además, en un envase innovador y tecnología airless, perfecta para evitar que el producto se contamine y conseguir que la fórmula mantenga su hipoalergenicidad.
Imágenes | Avène, Shutterstock/Rido, Unsplash – Valdemars Magone, Artem Beliaikin
