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Casi nadie se libra de experimentar estrés o ansiedad en algún momento del día a día. A esto hay que añadirle la exposición continuada a agentes contaminantes externos e internos y un estilo de vida, a veces, poco saludable. Todo un cóctel molotov para la piel, pero te proponemos una serie de retos para desactivarlo.

El estrés y sus tóxicas compañeras

Hasta un 71% de españoles reconoce sufrir estrés y, además, este no suele viajar solo, sino que va acompañado de algunas amigas bastantes tóxicas: angustia, frustración, irritabilidad, ansiedad, depresión o cansancio crónico. ¿Te suena? Puede que resulte familiar, y más cuando la incertidumbre se convierte en una constante.

En el caso de las mujeres, el panorama se agrava, pues el estrés afecta a nuestros niveles hormonales. Concretamente, “nuestro cuerpo empieza a liberar más histamina y cortisol de la cuenta, dos hormonas que se relacionan con el desarrollo de alergias de contacto, procesos inflamatorios, disminución de las defensas, piel opaca, más grasa (pueden salir granitos en barbilla, frente y alrededor de la boca) o incluso sequedad, acné, descamación, picazón, enrojecimiento, sensibilidad extrema, herpes y psoriasis”, describe Cristina Castillo, farmacéutica y jefa de producto de Avène.

Contaminación externa e interna, ¡no te libras!

El entorno en el que vives o el estilo de vida que llevas (comida basura, tabaco, alcohol, exposición al sol y a la luz azul de las pantallas y falta de descanso) tampoco juega a tu favor. Y da igual que estés en la calle o en casa, la contaminación parece haber desarrollado tentáculos fuera y dentro del hogar.

Si estas en el exterior, te expones a contaminantes como el gas, el ozono superficial O3, el humo de las fábricas y las partículas en suspensión PM. Pero si estás en casa, la calefacción, las estufas, las cocinas, los hornos de gas, las pinturas de las paredes y los productos de limpieza emiten partículas de monóxido de carbono y nitrógeno, dióxido de nitrógeno y azufre, y metales pesados.

Y, aunque creas que solo puedes absorber estos contaminantes a través de la respiración (las inhalamos), son tan diminutas, alrededor de <10 micras, que también pueden penetrar a través de los poros de la piel.

Primeras arrugas, pérdida de luz y firmeza

Ahora entenderás por qué el estrés y la contaminación son, además del sol, los principales enemigos de tu piel. “Producen tal cantidad de radicales libres, (unas moléculas inestables que se vuelven como “locas” por robar un electrón a otra molécula, y destruyen todo lo que encuentran a su paso para conseguirlo), que atacan componentes celulares como los lípidos, las proteínas y el ADN”, explica Cristina Castillo.

Toda esta debacle biológica, que a priori te puede sonar lejana, se traduce en que tu piel comienza a mostrar sus primeras arrugas, su textura empieza a ser irregular y pierdes elasticidad y luminosidad. ¿A qué ahora ya te suena más familiar? En definitiva, los signos del envejecimiento se están abriendo paso en tu piel, y ella pide que le eches un mano para mantenerse joven. ¿Lista para asumir retos?

Reto 1: apúntate a la alimentación antioxidante

Ya lo dijo Hipócrates: que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina. Pues bien, para conseguir una piel resistente al estrés y los contaminantes externos e internos, debes llenar tu despensa de frutas y vegetales (verduras y hortalizas) ricas en antioxidantes, betacarotenos, licopeno, luteína, selenio y vitaminas A, C y E, como las verduras de hoja verde y las crucíferas (espinacas, brócoli, coliflor, repollo, kale, coles de bruselas, lombarda, berza, nabo), las legumbres, los frutos rojos, las bayas, el tomate, el aguacate, el aceite de oliva virgen extra, el pescado azul, la canela, la cúrcuma o el jengibre.

Y, aunque no hay alimentos sedantes como tal, los que son ricos en magnesio y triptófano pueden ayudarte a calmar los nervios. Encuentras este mineral y este aminoácido en los frutos secos, el plátano, el chocolate negro, los cereales integrales (avena, trigo y arroz), los lácteos y algunas infusiones (valeriana, tila, melisa, pasiflora).

Reto 2: plántale cara al estrés oxidativo con un escudo protector

Los antioxidantes son tan importantes en la dieta como en el cuidado de tu piel. Y es que solo hay una solución para luchar contra el estrés oxidativo cutáneo: los antioxidantes tópicos. Pero hay innumerables antioxidantes en el mercado: vitamina C, vitamina E, polifenoles, betacarotenos, selenio, coenzima Q10, ácido ferúlico… Y no todos funcionan.

¿Por qué? “Se oxidan rápidamente y se alteran al contacto con el agua, el aire y la luz, y pueden llegar a ser irritantes, incluso pro-oxidantes, en dosis demasiado altas”, asegura la farmacéutica. La clave: dar con un antioxidante estable, fácilmente absorbible por todas las capas de la piel y que esté a una concentración adecuada.

Esto, hoy por hoy, lo consiguen las provitaminas. Es decir, las sustancias precursoras de las vitaminas. ¿Cómo llevarlas a tu neceser? Simplemente, procura que no falten en tu rutina cosmética diaria la provitamina C y la E (ascorbil glucósido y pre-tocoferil, respectivamente).

“Ambas crean un escudo protector que refuerza la barrera cutánea frente al estrés oxidativo y la contaminación, retrasa los primeros signos de la edad y reaviva la luminosidad. Además una potencia la síntesis de la otra”, asegura la experta.

Estas provitaminas se encuentran en el sérum defensa antioxidante A-Oxitive (40,56 €), de Avène (equivalente a un 15% de vitamina C pura), así como en la crema aqua-crema alisadora A-Oxitive (35,88 €), de Avène. Sus texturas son ligeras y acuosas y llevan otros ingredientes, como el ácido hialurónico de alto peso molecular, que hidrata la piel durante 24 horas, y la glicerina vegetal, que rechaza las moléculas de contaminación (la combate hasta en un 69%).

Reto 3: practica el yoga facial, ¡es efectivo y relajante!

Para que un cosmético penetre bien, debe ir acompañado de un buen masaje. ¿Qué tal si después de ponerte tu escudo protector practicas un poco de yoga facial? Es fácil engranar los músculos del rostro con unos sencillos movimientos. El yoga facial te ayudará a hacer que tus cremas penetren y a relajar los principales pliegues que se forman alrededor de los ojos, la boca y en el entrecejo.

Ejercicio ceño fruncido

Coloca las yemas de los dedos corazón sobre el entrecejo, ejerce una ligera presión y ahora recorre la parte superior de las cejas, desde el entrecejo hasta la cola de la ceja. Repite varias veces.

Ejercicio patas de gallo

Mira hacia arriba y coloca las yemas de los dedos corazón sobre las sienes, ahora tira de estás hacia arriba. Sostén la posición y cierra los párpados durante 15 segundos.

Ejercicio rictus de los labios

Imita a un pez. Coloca las yemas de los dedos corazón sobre tus labios e hincha tus mejillas de aire lo más que puedas durante 15 segundos.

Reto 4: ponle freno meditando y utilizando un complejo renovador

Lo idóneo es dormir siete horas del tirón. “Por la noche, la piel se regenera tres veces más rápido que por el día. Por lo tanto, siete horas de sueño son más que necesarias para mantener la epidermis en forma”, asegura Cristina Castillo.

Pero cuesta desconectar del día, no caer en las series trampa de Neflix y bajar las revoluciones. Una buena forma de intentarlo es incorporar la meditación a tu rutina vespertina. Adopta una posición cómoda: piernas dobladas, cabeza y espalda rectas, las manos sobre las rodillas y las palmas hacia el cielo.

Ahora, ponte a respirar y a centrarte en ti misma durante 10 minutos. “La meditación promueve la relajación, por lo tanto, reduce el estrés. También  reduce la producción de radicales libres y ayuda a renovar los tejidos”, enumera la farmacéutica.

Aprovecha estos 10 minutos para aplicarte un complejo renovador con efecto peeling, con provitaminas A (retinaldehído) y E (pre-tocoferol), como el que incorpora el cuidado peeling (38,22 €) de la gama A-Oxitive de Avène, para activar tu regeneración celular.

¿Qué quiere decir esto? Que ayudarás a que tus células se pongan a trabajar a pleno rendimiento mientras duermes para eliminar las células muertas e impurezas acumuladas y revertir los estragos del día. “Un cosmético que consiga exfoliar las primeras capas de la piel, sin irritación alguna, transformará la textura del rostro, la afinará y alisará, y reavivará su luminosidad”, asegura Cristina Castillo. Concretamente, el cuidado de Avène consigue resultados equivalentes a tres sesiones de peeling sin efectos secundarios.

Reto 5: luce una mirada descansada

Tu sonrisa es un verdadero antídoto contra el estrés y la ansiedad. Dibújala al menos tres veces al día durante tres minutos mientras ves tu comedia favorita, los memes que invaden tu whatsapp o los vídeos de TikTok. Tú decides, pero no dejes de hacerlo, porque es tu mejor medicina.

Al sonreír segregas nada menos que cuatro hormonas (endorfinas, serotoninas, dopaminas y oxitocinas), que disminuyen el estrés y la ansiedad, ayudan a dormir mejor y aumentan la autoestima y la felicidad, entre otras cosas.

Eso sí, con un solo pero: sonreír puede marcar líneas de expresión alrededor de tus ojos, una zona que, ya de por sí, es naturalmente más fina, sensible y seca. Por eso, es recomendable que, a partir de los 30 años, empieces a utilizar un contorno de ojos con provitaminas A y E antes de acostarte. El cuidado de ojos alisador A-Oxitive (27,30 €), de Avène, además de pre-tocoferil y retinaldehído, tiene una textura hidratante y agentes grasos que reconstruyen la película hidrolipídica del ojo.

Al día siguiente, tu mirada estará fresca y relajada, como su hubieras hecho una cura clean sleeping al más puro estilo Gwyneth Paltrow.

Imágenes | Avène, Pexels – Daria ShevtsovaDaria Shevtsova 2; Unsplash –  Brooke CagleSonnie HilesKatarzyna GrabowskaHunter Newton