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Los antioxidantes son lo más efectivo para luchar contra el estrés oxidativo. El problema es que son muy inestables y que a altas dosis pueden ser irritantes. Las provitaminas solucionarían estos problemas y serían el escudo más seguro y eficaz para tu piel.

En el año 2018 se lanzaron al mercado más de 200 referencias de cosmética antiedad. La mayoría de ellas a base de antioxidantes. Y es que estos han demostrado neutralizar a los radicales libres, esas moléculas inestables que son altamente reactivas y capaces de dañar, mutar e incluso producir la muerte de las células.

La cuestión es: ¿por qué los antioxidantes vuelven a estar de rabiosa actualidad? Pues porque han demostrado ser lo más eficaz para luchar contra el envejecimiento prematuro, incluido el producido por la contaminación, que ya afecta al 92% de la población mundial, según la OMS.

Para entenderlo hay que comprender qué factores están en el origen de nuestro envejecimiento. Hay un envejecimiento intrínseco o biológico que es inevitable y está genéticamente determinado y sobre el que no podemos actuar; pero existe otro extrínseco que se puede acelerar por determinados factores medioambientales y sobre el que los antioxidantes sí pueden intervenir: rayos UV, luz azul, contaminación, tabaco, alcohol, comida basura, estrés, falta de descanso o incluso el uso de cosmética inadecuada.

Nuestra belleza y salud cutáneas dependen, en gran medida, de la exposición de la piel a los factores extrínsecos y de las reservas de antioxidantes que tengamos para hacerles frente. Porque estos le plantan cara al estrés oxidativo que sufrimos, que no es otra cosa que “el desequilibrio entre los radicales libres que producimos y la capacidad de nuestro sistema biológico de defensas (antoxidantes y enzimas) para hacer frente a los factores medioambientales”, según Soledad Reparaz, directora regional de formación de Pierre Fabré.

Armas para combatir el deterioro

Lo importante es hacer frente al estrés oxidativo cuanto antes y con las herramientas adecuadas. Porque el organismo fabrica, a través de enzimas y proteínas, antioxidantes endógenos para poder neutralizar los radicales libres (Superóxido Dismutasa (SOD), Catalasa (CAT), Glutatión Peroxidasa).

El problema es que, precisamente, los factores extrínsecos (sol, contaminación, dieta, estrés…), merman sobremanera nuestras reservas. ¿En qué lo notas? En que la textura de tu piel se vuelve irregular, aparecen las primera arruguitas y pierdes tonicidad. “El colágeno y la elastina, sustancias fundamentales para la elasticidad y firmeza cutáneas, se debilitan y vuelven frágiles. Y el ácido hialurónico que nos mantiene hidratadas se fragmenta y disminuye su viscosidad”, explica Reparaz.

No está todo perdido, es cuestión de volver a llenar la despensa. ¿Cómo? “Con cosméticos antioxidantes y dietas ricas o enriquecidas con estos (verduras, frutas y hortalizas) que luchan y protegen la piel frente a los radicales libres y refuerzan la tolerancia cutánea al estrés oxidativo”, recomienda Reparaz.

A nivel tópico, ya hay en el mercado una amplia batería de antioxidantes: vitaminas A, C y E, polifenoles, betacarotenos, coenzima Q10, ácido ferúlico… por citar los más conocidos. El problema es que, para que sean efectivos y seguros, tienen que estar presentes en las fórmulas cosméticas de manera estable y a la concentración adecuada. Porque “de lo contrario se oxidan con suma facilidad, y pueden llegar a ser irritantes e incluso prooxidantes (a altas dosis pueden causar más mal que bien)”, según la formadora.

De ahí, que los laboratorios se empeñen en dar con el antioxidante perfecto: aquel que no se altere en contacto con el aire, el agua o la luz, no sea irritante y evite el riesgo prooxidativo.

¡Tachán! Existe y se llama provitamina. Te preguntarás: ¿y eso qué es? “Una sustancia precursora de las vitaminas que libera vitamina pura en contacto con la piel, se absorbe mejor que estas, va en la dosis justa, actúa en el momento adecuado y su efecto perdura en el tiempo”, define la directora regional de formación.

Es decir: te garantiza un efecto antioxidante a lo largo de todo el día sin problemas secundarios. Las firmas cosméticas más avezadas, como Avène en su gama A-Oxitive, ya las incorporan en sus fórmulas.

Las provitaminas top ten

Los estudios demuestran que las provitaminas son mejor toleradas y más eficaces, ya que solventan los inconvenientes de las vitaminas: su inestabilidad, facilidad para oxidarse y capacidad de irritación a altas dosis o en pieles más sensibles. ¿Cuáles son las que no deberían faltar en tus cosméticos?

El ascorbil glucósido o provitamina C

La vitamina C ha sido reconocida por los dermatólogos como un activo anti-edad de referencia, sin embargo “es muy inestable, frágil al agua, el aire y la luz, que se ennegrece en las fórmulas, produce un olor desagradable y puede ser irritante a dosis altas”, recuerda la directora regional de formación.

En su lugar, el ascorbil glucósido “es un derivado de la vitamina C, que es más estable que esta, ya que no se degrada, tiene una acción antioxidante prolongada 24 horas y favorece la síntesis de colágeno y elastina”, describe Reparaz. Si, además, aparece en la fórmula cosmética al 1,8%, esto equivale a un 15% de vitamina C pura, tal y como sucede con el Sérum Defensa Antioxidante A-Oxitive, de Avène (40,56 €).

Un agua gelificada ligera que también incorpora provitamina E. Con lo cual, se trata de una acción dos por uno, ya que ambas provitaminas actúan de manera sinérgica; es decir, la una regenera el poder antioxidante de la otra. “Por la mañana, la provitamina C y la provitamina E actúan juntas para neutralizar los radicales libres, proteger la piel contra el estrés oxidativo y reavivar la luminosidad de la tez”, asegura la formadora.

El pre-tocoferil o provitamina E

Frente a los peros de la vitamina E. “Es poco estable y puede ser prooxidante a altas dosis -recuerda la experta-; en cambio, el pre-tocoferil es un derivado de la vitamina E diez veces más eficaz que esta, y con una mejor estabilidad y un efecto reservorio en la piel.”

Se trata de la vitamina E acoplada a un azúcar para garantizar que neutraliza la acción de los radicales libres y evita el estrés oxidativo celular. Si, además, va en la fórmula al 2% y acompañado de provitamina C, como en el caso de la Aqua-crema alisadora A-Oxitive, de Avène (35,88 €), se convierte en un escudo antioxidante impenetrable.

Un consejo más: procura que tu crema de día incorpore, también, algún activo anticontaminación, como la glicerina vegetal, así reducirás los efectos de las partículas contaminantes (hasta un 68% en el caso de esta aqua-crema).

El retinaldehído o provitamina A

La vitamina A tampoco está exenta de ‘peros’: si no está bien formulada o su dosis es alta, puede producir picor, irritación y descamación. Sin embargo, el retinaldehído “es un precursor directo de la vitamina A ácida, la molécula antiedad de referencia, con una mejor eficacia y tolerancia que la vitamina A o sus derivados”, según Reparaz.

Si consigues que en el mismo cosmético le acompañe la provitamina E, tendrás un complejo renovador nocturno insuperable. “Por la noche, la provitamina A se debe combinar con la provitamina E para estimular la actividad celular, detoxificar y regenerar la piel”, aconseja esta experta.

Este binomio perfecto se encuentra en el Cuidado Peeling A-Oxitive (38,22 €), de Avène. Una fórmula de noche densa, aterciopelada, con un 0,1% de retinaldehído y un 0,1% de provitamina E, que equivale a tres sesiones de peeling y que afina la textura de la piel, la alisa y reaviva su luminosidad.

Un consejo, también en este caso: la zona del contorno de los ojos sale especialmente beneficiada si la tratas con provitamina A desde los 30 años. “Se trata de un área dónde la piel es más fina, carente de glándulas sebáceas y pobre en fibras de colágeno y elastina, por lo que pronto pierde firmeza y marca arrugas de expresión”, advierte Reparaz.

Precisamente, un cosmético alisador que contenga retinaldehído y provitamina E alisa las arruguitas y potencia inmediatamente la luminosidad de esta zona, como el Cuidado de Ojos Alisador A-Oxitive, de Avène (27,30 €). Este contorno de textura ligera y acuosa incorpora ambas provitaminas, así como agentes nutritivos para reconstruir la película hidrolipídica del ojo, que también es una zona naturalmente más seca.

Imágenes | Pexels – Barbara Ribeiro, Andrea Piacquadio, Shiny Diamond, Louis.